domingo, 31 de mayo de 2015

Lobita Amarila.

La  lobita amarilla estaba en su casa leyendo cuando su madre la llamó. Le contó que su abuelita estaba enferma y necesitaba una sopa caliente para mejorar su garganta. La lobita decidió llevarle la sopa,pero su madre le dijo: -Ten cuidado, y recuerda no ir por el camino de los humanos.- Ella asintió y se fue.
  Pensó en que pasaría si ella se iba por el camino de los humanos, así que no hizo caso a su madre, y fue por ahí.
 De repente apareció un chico. La lobita tuvo miedo así que empezó a correr,pero el humano la alcanzó y le dijo:- ¿Por qué no me das esa sopa tan rica?- La lobita sabía que su abuela la necesitaba, con que no se la dio, pero el humano tenía mucha hambre. Estuvieron un rato peleando hasta que el humano la dejó ir. Ella siguió su camino hasta que llegó a la casa de su abuela. Pero el miedo la invadió cuando se dio cuenta de que la puerta estaba abierta, pero pensó que su abuela pudo haber salido a fuera, y al entrar dejó la puerta abierta. Entro y vio al humano en la cama. Lo miró mal y le dijo:- ¿Qué haces aquí?- El humano respondió:- Nieta ¿De que hablas?- Intentó actuar como la abuela, pero la lobita le había pillado.
-¡Fuera de aquí!-Le gritó la lobita. Él se fue y la lobita sacó a la abuela del armario y le diola sopa.

Carta a Mi Futura Hija.

  Querida Brooklyn:
  Lo más seguro es que leas esto mucho tiempo después de que yo haya muerto. Solo quiero te escribía esto para que me prometas que seguirás siendo la misma adolescente de siempre. Sé que has tenido algunos problemas con la gente, pero quiero que pases de ellos.
  Tampoco quiero que te relaciones con los chicos de la esquina de nuestro barrio ya que lo más posible es que si te juntas con ellos,acabarás metida en problemas con el alcohol o las drogas.
  Sé que lograrás sacarte el graduado y ser una doctora genial. Así que estudia.
  Creo que no me quedan muchas líneas, así que recuerda que siempre estaré a tu lado.
PD: En mi habitación hay un bote donde hay bastante dinero. Está en la parte de arriba del armario. Creo que con eso podrás irte a América, que sé que es tu sueño.
Te quiere.
Tu madre.- 

Mi Final de La Casa Bernarda Alba

(Entran Pepe y Adelia de la mano a la habitación)
ANGUSTIAS: ¡Lo sabía! ¡Me estás engañando con mi hermana! 
PEPE: Cariño, no es lo que parece. Tu hermana solo quería tomar el aire y la acompañé.
MAGDALENA: ¿Por eso estáis cogidos de la mano? ¡A nosotras no nos engañas Pepe! 
ANGUSTIAS:  Y ¿Tú qué, Adelia? ¿No dirás nada?
MARTIVIO: Siempre supe que eras malvada...
ADELIA: ¡Vale, sí! Lo admito, estamos juntos. ¡Pero eso no significa que tenga la culpa! Él me dijo que solo estaba conmigo...
PANCIA: Pero si se va a casar, Adelia. No nos mientas. Os hemos descubierto.
ANGUSTIAS: ¡Os odio a todos! ¿Como me has podido hacer esto, Pepe?
PEPE: ¡Me parecía divertido! ¡Lo siento!
ANGUSTIAS: ¡¿Te parecía divertido jugar conmigo?!
(Entra Bernarda a la habitación y al ver a Pepe, intenta irse, pero Adelia le llama)
ADELIA: ¡Bernarda! Ven aquí. 
BERNARDA: ¿Algún problema?
ADELIA: Diles la verdad también.
ANGUSTIAS: ¿La verdad? ¿Qué verdad?
ADELIA: ¡Ella y Pepe también están juntos! 
PANCIA: ¿Qué? Esto se os ha ido de las manos...
ANGUSTIAS: Pepe...¿Por qué no dijiste la verdad? ¿Por qué no me dijiste que no te querías casar conmigo?
PEPE: Pero Angustias, yo sí me quiero casar contigo...
ADELIA: ¿Y que harás con nosotras entonces? ¡No puedes dejarnos!
PEPE: Lo siento chicas, pero ella es mi prometida...
ANGUSTIAS: ¡No! Yo ya no soy nada tuyo, Pepe.
PEPE: ¿Cómo? Cariño te juro que siempre fuiste la persona que quería y lo sigues siendo.
BERNARDA: ¡A mi me decías lo mismo! Te odio...
(Pepe se fue de la casa y las tres hermanas no volvieron a hablarse.)

Ricitos de Oro

Erase una vez un chico llamado Ricitos de Oro. Él se llamaba así por su pelo, tan rubio que parecía oro. Un día decidió dar un paseo por el bosque a la hora de comer. Iba caminando entre los árboles hasta que se encontró una casita, corrió hacia ella y tocó la puerta. Nadie abría así que decidió irse, pero cuando se movió notó que la puerta se abrió.
Entró a la casa y vio en el centro una mesa con tres platos de sopa caliente. Se asustó al pesar en la posibilidad de que haya gente  en la casa, pero cuando llamó por alguien, nadie respondió.
Caminó sin miedo hacia la mesa y sin miedo se comió la sopa. Al acabar sentía que el sueño podía con él, así que buscó una cama. Cuando la  encontró, se echó a dormir.
 Se despertó por unas voces que se escuchaban cerca de él. Cuando abrió los ojos se encontró a tres ositos que se podía notar que estaban muy enfadados.
  Los ositos lo echaron de la casa y él pidió perdón arrepentido. Decidió no volver ahí, pero aún así se lo contó todo a su madre.

martes, 19 de mayo de 2015

Diario de Ana Frank. Continuación.

Querida Kitty:
    Tengo miedo. Acaban de enviar a mi madre a las duchas y realmente no sé por qué la llevan allí.  Hemos estado trabajando todo el día como esclavos y ya no soporto más seguir aquí. Siento que en cualquier momento me caeré al suelo para no despertarme nunca más.
    También tengo hambre, pero cuando les pregunté cuando comeríamos me han pegado. Eso es lo único que saben hacer, aparte de gritar.
    Margot tiene miedo y parece enferma pero cuando mi tía quiso ayudarla para seguir caminando, le han pegado. Y a mi me gustaría ayudarlas, pero si me pegan de vuelta no aguantaré más.
    Me gustaría saber quien nos ha delatado, quien les ha dicho "Hey! Hay judíos en tu casa". Quizás solo nos vieron por la ventana, pero presiento que lo han dicho.
    ¡Espera! Acaban de llevarse a mi tía a las duchas. Mi hermana está llorando a mi lado, y yo casi. Hablando de las duchas, mi madre lleva mucho tiempo allí. Aun que no me extraña, ya que hoy hemos estado entre piedras gigantes y tierra. Quizás me venga bien una ducha. 
    Hay una chica aquí que se ha vuelto loca y ha recurrido al suicido. La tengo junto enfrente, o bueno, a su cadáver. Esto es tan asqueroso. Acaban de llevárselo. Su madre se ha puesto a llorar. 
   Ahora llevaron a mi hermana. 
   Seguramente ya lleve esperando más de cuatro horas para poder entrar, y también llevo cuatro horas esperando a mi madre...
    Ahora tengo más miedo que nunca...¿Realmente se la llevaron a las duchas? No lo creo...  ¿Qué han hecho con mi madre? ¿Y con mi tía? ¿Y mi hermana? ¿Que pasará conmigo? No quiero ni pensar que está pasando ahí adentro. No quiero saber que les ha pasado a mi padre,a mis tíos ni a mis abuelos. 
     Los veo acercarse...¿Me llamarán? La verdad es que necesito una buena ducha, pero ¿Es realmente una ducha a lo que me llevan? Me llaman. Intentaré volver,te contaré que pasa. Descubriré si es realmente una ducha...y si no lo es...No creo volver. Te quiero dar las gracias por ser tan buena amiga para mi este tiempo. Gracias Kitty.